Cuando Guillermo Holguín se vio fuera del ambiente corporativo que lo albergó por más de 20 años, se dio cuenta que el mundo había cambiado muchísimo desde que había empezado a trabajar en el área industrial. Las cosas ya no eran las mismas, la manera de hacer negocios se había transformado y las redes sociales se habían establecido como el vehículo mediante el cual se mueven las fuerzas de ventas.
Guillermo siempre estuvo interesado en los proyectos de innovación tecnológica que se llevaban a cabo en la empresa donde trabajaba, y cuando entendió que encontrar un trabajo que le permitiera mantener el nivel de vida que había llevado hasta ese momento le iba a ser muy difícil, se decidió a echar mano a su gusto por innovar y aprender nuevas cosas y se dedicó de lleno a aprender sobre Marketing Digital.
Fue así como Guillermo tomó todos los cursos que ofrece nuestra academia, gratis y pagados, y fue estudiando a conciencia todos los contenidos que se le entregaron. Lo que más llamó su atención fue el performance marketing y hoy en día maneja campañas de Facebook, Google y LinkedIn para sus clientes.
Cuando Guillermo comenzó este viaje hace un año y medio, construyó un embudo para captar asistentes a sus clases presenciales de Marketing Digital. Cobraba USD$15 por clase cada jueves, a las que acudían entre 10 y 15 personas por sesión. Rápidamente sus alumnos empezaron a solicitarle servicios de consultoría y de coaching, en especial aquellas personas que ya habían invertido grandes sumas de dinero sin resultados. Fue sólo una cuestión de tiempo para que Guillermo empezara a ofrecer servicios de Agencia y montara su propio negocio, pasando de cobrar USD$15 por clase a USD$1200 por manejo de campañas por RRSS como Facebook, Google, YouTube y LinkedIn. Guillermo también hace clases personalizadas y capacitaciones específicas para empresas en WhatsApp Business, abriendo así el abanico de servicios y productos que ofrece.
Con respecto al cambio que ha experimentado en su carrera y su vida personal Guillermo resalta que el convertirse en empresario y ser su propio jefe si bien aumenta enormemente la calidad de vida, requiere disciplina y un cambio de mentalidad, ya que es él mismo quien ahora tiene que asegurarse de ser eficiente, manejar su tiempo correctamente y cumplir con sus responsabilidades. Aunque esto a veces puede ser difícil, es también muy liberador en el sentido de poder disponer de su tiempo como él estima conveniente, ir a ver a su hija al colegio, y hacer otras cosas que antes no podía hacer al tener que cumplir horarios y expectativas de su jefe.